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Mostrando entradas de enero, 2018

¿Suicidio en Fómeque, utopía o realidad?

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- ¿El diablo anda suelto?  Aún entienden todos los fenómenos así; quien realiza un suicidio consumado , preocupa los profesionales de las políticas públicas en salud. Suicidio no se nombra, prefieren llamarlo: (purgarse, echar columpio, descansar)… Pocos conciben la existencia de problemas psicosociales, si el personaje es pobre, pasa al olvido; mientras que si cuenta con más recursos económicos, su acción perdura en el psiquismo social.  - Un nuevo hombre rural, se ha ahorcado. Problemas, económicos, de amores, legales, o alguna enfermedad parecen son el grupo grande de las situaciones que podrían explicar porque se comete el hecho, sin embrago falta revisar en detalle cada cultura, existen particularidades especiales… Sobre algunas veredas dispersas, los patrones de creencias, postulan, el diablo, y la brujería “El diablo anda suelto”. Perspectivas que los doctorcitos no comprenden.  - Estudios de suicidología serían propicios para el Macondo que hoy se viste de negro.

Un rebelde amor tras las sobras de pasión

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Llorando por sus letras ha encontrado el libro asqueroso, escrito en inglés, quien guardo por años los nombres de los triunfos carnales que ya no quiere glorificar; colapsada   no comprende que las hojas del final son las narraciones de los pasados y de   aquello que lo hace ser el hombre que tanto dice alabar actualmente…. - ¡Prometiste quererme con mis demonios y mis fantasmas!  - ¿Qué pasa ésta noche?  Sigilosa y con rostro en pedazos responde que siente una enorme angustia y que le resulta   difícil leer la lista de nombres… Lecturas que nunca debió considerar; los hallazgos sorpresivos son las huellas de aquella cuidad nocturna entre naranja y grises que consoló los abandonos y las violencias… Se puede ver en ella, una desilusión por el arte, al fin dimensionan el porqué de algunas letras y fijaciones del escritor, que se recuesta contra pared color blanco para evocar y pensar mejor lo que tendrá que contestar, ya no es un hombre de mentiras y tendencias maquillad

Un cuento hecho conciencia

Érase una vez Pepito, no aquél grillo, conciencia de Pinocho, éste era de una mujer real, la que comete errores una y otra vez, pero que siempre trata de dar su mejor versión, para su conciencia.  - ¿Pepito estas ahí? ¿Por qué te fuiste? ¿Te cansaste de ser conciencia?  - Me preguntaba días atrás... La vida te enseña que no todas las preguntas tienen prontas respuestas, sin embargo la ausencia de Pepito daba respuestas frías e hirientes. - ¿Será que una mujer puede prescindir de su conciencia?  - No, pero Pepito sí.  Quería marcharse, buscar otros rumbos, pues refería: “somos muy diferentes, causas muchas angustias”. Claramente le destrozó, aunque el creyó que no tenía corazón como Pinocho  - ¿Debía seguir sola?  - El egoísmo no forma parte del amor, así que Pepito: … Eres libre. Pasaron días y noches largas mirando al cielo, esperando alguna palabra o frase significativa o al menos una nariz enorme, que mostrará, habías mentido.  Pasado incesante: -¿Ahor