¿Por qué Escritos Autistas?
Del autismo por
estos tiempos se está hablando bastante…. Lo dicen las cifras de la OMS, Organización Mundial de la Salud y los
profesionales de las Ciencias de la Salud, los estudiosos sociales, las madres
que cargan un gran malestar, pero un
hermano de un Autista quiere hablarlo todo sobre el tema.
¡Mi único hermano menor es autista!
Todos los síntomas de ese Trastorno
los observé en mi infancia, y lo más paradójico, de alguna manera viví con esos
síntomas.
Ahora un acádemico en el (TEA),
Trastorno del Espectro Autista… Siento y sé que tengo algunos síntomas
autistas, pero soy bastante funcional, las secuelas persisten...
Recuerdo lanzarle la pelota a mi
hermano, para que él respondiera mi juego.
Nunca lo hizo... No pateaba la
pelota, a veces ni la miraba, otras me ilusionaba cuando la cogía con las manos
y la guardaba :
¡Un total desinterés por
interactuar y jugar conmigo!
Cuando íbamos al parque del sonoro pueblo. Mi pequeño, dinámico y frágil hermano correteaba en círculos; esas
estereotipias típicas y particulares de los niños con TEA. Javier nunca pudo
hablar; repetía como lorito algunas pocas palabras que yo de forma insistente
le repetía mañana, tarde y noche…
Diga: Mamá, papá, hermano, casa…
Diga: a, e, i, o u…
Nunca me rendí.
La vida avanza, uno crece; y él
creció. Los síntomas se agudizaron…. No logró adaptarse a la escuela. El
contexto social del pueblo, la poca información, la ignorancia y el profundo
amor hacia él, no permitió que mi hogar, familia, pueblo, cuidad y doctores
lograrán intervenir de manera oportuna.
Ir y venir; mi madre, javi y yo en
citas con todos los profesionales de la Salud.
Fotografía: Fotos Rubio
Citas, que resultaban terapias…
Primero fue un médico y la hipoxia perinatal. Luego al ver que no hablaba,
citas con fonoaudióloga. El no dormir, deambular y llorar en las noches de luna
llena empeoró el hogar y comencé a ver tantos sellos de Psicólogos.
¡La fuerza física aumento!
Lidiar con él era un desafío., no
discriminaba sus actos, puños y agresiones fueron una constante. Le remiten a
psiquiatría a los seis años de edad y diagnosticaron: Autismo Atípico. Así que, las terapias aumentaron, terapias físicas, de lenguaje, ocupacional y de psicología.
Yo esperaba afuera de los
consultorios.
En casa le medicaba Haloperidol en
gotas, medicamento que conocí una década después.
Al saber sobre el psicofármaco las
lágrimas me abrigan. Fuí su enfermero, su doctor, su amigo, su hermano y una extensión de padre.
El tiempo sigue pasando… Resulta
menos difícil escribir y hablar sobre él, sin embargo:
¡Una profunda rabia me hace llorar!
Nefastos traumas mentales que
debemos vivir... Siento dolor, no del físico, dolor del alma,
aquél que la morfina no alivia. Entre la incertidumbre mi hogar intentó seguir.
Al saber el diagnóstico de TEA, intentamos entender las paradojas.
En casa le cuidamos y amamos hasta
los 12 años de edad. En septiembre sus crisis de agresividad estallaron, los
cuchillos volaron.
¡Un hogar se rompió!
Javi ingresa a la Clínica la Paz, la histórica clínica bogotana de locos.
A mis 13 años entendí que más que
enfermo, mi hermano estaba loco. Los
doctores reportaron: Autismo Profundo y Psicosis no Orgánica.
Allí tardó 40 días bíblicos.
De la Paz fue remitido a un centro
especial de autistas.
¡Centro que nunca rehabilitó!
Un diagnóstico como los presentes,
sumado a la cultura colombiana nunca ha favorecido, por los siglos de los
siglos:
Más Haloperidol enloquecedor.
Mi hermano se fué… No para un cielo
de creyentes., lo internaron.
Simbólicamente me robaron mi
hermano.
Ante el reclamo por el hurto, la
persuasión y sugestión apareció. Los doctores convencieron a mis padres que
allí, en el centro, mi hermano estaría bien… El mejor lugar para él, decían.
Mis padres hicieron lo mismo
conmigo… En llantos entendí la partida, el dolor, la frustración, la rabia, el
rencor, la tristeza de la vida.
Nunca sabré si él en verdad allí,
estará bien.
Luego de 12 años de su
internalización sigo sin entender... Y las lágrimas son cada vez menores o eso supongo, sin desconocer algunos desagarres.
En los tortuosos años que han
pasado, intentamos reconstruir el hogar y me he dado cuenta que lo que ha sido
de mi vida, gira alrededor de Javier.
La ciencia no logra explicar todo.
El TEA de mi hermano me hizo abandonar y odiar la cristomicina. De niño y
preadolescente pedí la recuperación de mi hermano.
Cómo loco ore, le hablé a la nada, y lo lógico:
Nada pasó.
Seguir viviendo el autismo de
forma directa y ser Psicólogo, me convierten en un ser de amplía experiencia sobre el autismo, por ello el
blog: Escritos Autistas., un espacio para:
La catarsis...
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Rezanderos nacimos, amigo mío, para resolverlo todo a lo pobre: no somos nada, no tenemos nada, y no perdemos nada...rezando. Lo único, es que pasa mientras tanto la vida, y lo que queda son ladrillos relamidos de iglesia del siglo XVI, firmemente afincada en el siglo XXI. ¿No se curó Javi con la visita de Bergoglio? ¿Francisco I ya no tiene poderes curativos o es que Javi y Aldemeyer no tienen fé? Claro hay que tener fé en Colombia... estará en Rusia en 2018. Hay que ver que el mapamundi va a sufrir varios cambios. ¿Cuál será la nueva ubicación de Colombia? ¿Al lado de Chechenia por lo problemática y pobre? De pronto traen unos ortodoxos de esos que también saben curar, porque también son curas. Me gustaría que esto fuera un chiste, pero realmente la fé en el Haloperidol, Colombia y la Iglesia, son tradiciones que cuestan la vida...y lo peor, sin darnos cuenta.
ResponderEliminarRezanderos mis padres confiaron toda esperanza a los dioses del momento. Esperamos la nada, Bergoglio y sus predecesores no dieron sus dones místicos de curanderos y magos. La insistente esperanza fue la fe que movió las manos para rezar un rosario. Colombianos orgullosos lucharán el conflicto armado Checheno, entre montañas nos mataremos en ruso. Mientras tanto las industrias farmacéuticas nos venderán en la tv la mejor fe. Preferible continuar el tratamiento de las enfermedades mentales con agua bendita, sonamos cómicos con nuestras tradiciones milenarias.
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