Infancias, Autismo y Escritura.
Respondiendo las inquietudes de
algunos seres que no entienden los enlaces entre los eventos de la infacia y los talentos, es oportuno señalar que la respuesta que encontró el alma para sanar, se traducen en la escritura; por ende un hombre movido por los traumas de los azares de
la vida y la muerte aparece en los garabatos plasmando los relieves de la división de un antes y un
después. Una infancia y una adultez.
Igualmente es la noción de las paradojas del ser, sentir y saber donde las dudas han sido recurrentes, y algunas con una buena suma de tiempo, amor y razón han construido un tipo de abono que se ha ido regando sobre la desesperación emocional y las rupturas de la psique, situación que pensé afrontar solo y sin lamentos cristianos, sin embargo una ayuda, un consejo y abrazo cercano han permitido comprender lo que la infancia no logra dimencionar.
Descifrar de a poco las neblinas de los sentidos, el dolor, la torpeza, la imaginación y los enrramados de lo divino y sobre todo el funcionamiento de la psique de un hermano que ha originado la mayor incertidumbre y que tiene tambaleando a eruditos en los sencibles trazos de la locura, la muerte y el olvido... Una gama de síntomas psicóticos se convirtieron en la primera aproximación donde también lo pagano y lo mágico cargaron algo de frenetismo y por cuestiones pintorezcas la niñez se refugió en el racionalismo y una biblioteca del segundo piso.
Mientras las lecturas deboraban los miedos, tuvimos intentos fallidos con chamanes, indios, curanderos y culebreros, que solo son la historia de la Locura en Colombia, no olvido que por su cuerpo y el mío, pasaron rezos de cultos desconocidos, arengas incognoscibles, ritos que hacen eco en los recuerdos. Misticismos de pueblos cundinamarqueses y llaneros.
Igualmente es la noción de las paradojas del ser, sentir y saber donde las dudas han sido recurrentes, y algunas con una buena suma de tiempo, amor y razón han construido un tipo de abono que se ha ido regando sobre la desesperación emocional y las rupturas de la psique, situación que pensé afrontar solo y sin lamentos cristianos, sin embargo una ayuda, un consejo y abrazo cercano han permitido comprender lo que la infancia no logra dimencionar.
Descifrar de a poco las neblinas de los sentidos, el dolor, la torpeza, la imaginación y los enrramados de lo divino y sobre todo el funcionamiento de la psique de un hermano que ha originado la mayor incertidumbre y que tiene tambaleando a eruditos en los sencibles trazos de la locura, la muerte y el olvido... Una gama de síntomas psicóticos se convirtieron en la primera aproximación donde también lo pagano y lo mágico cargaron algo de frenetismo y por cuestiones pintorezcas la niñez se refugió en el racionalismo y una biblioteca del segundo piso.
Mientras las lecturas deboraban los miedos, tuvimos intentos fallidos con chamanes, indios, curanderos y culebreros, que solo son la historia de la Locura en Colombia, no olvido que por su cuerpo y el mío, pasaron rezos de cultos desconocidos, arengas incognoscibles, ritos que hacen eco en los recuerdos. Misticismos de pueblos cundinamarqueses y llaneros.
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La amada ciencia, era
lejana, casi imposible e invisible.
Luego de los mitos y leyendas no se
logró curar el TEA (Trastorno del Espectro Autista) y con
el pasar los días, llegaron semanas y los viajes entre un pueblo y la capital se complejizaron, no por las súbitas cruvas, sino por las preguntas sin respuetas, y allí comenzó el camino de la filosofía.
Inmerso en las letras del Relato de un Náufrago, la inapetencia de clases escolares detonaba un llamativo asco, sin emabargo nauseabundo asistía y alerta esperaba saltar la tapia. Una madre con dolores psíquicos, decía:
Inmerso en las letras del Relato de un Náufrago, la inapetencia de clases escolares detonaba un llamativo asco, sin emabargo nauseabundo asistía y alerta esperaba saltar la tapia. Una madre con dolores psíquicos, decía:
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!Defiéndase papito!
Una arenga que afianzó la crítica, la soberbia y la firmeza de un joven que tuvo que lidiar no solo con notas del
colegio y las citaciones, sino con la cultura y las cadenas de generaciones.
Fotografía:
Aldemeyer González
Mi madre respondía que sólo le
interesaba que aprendiera a firmar y a sumar; recuérdese que toda la atención era
para Javi…
Conocí bastantes compañeros, ante 9
cambios de colegios como no hacerlo. Durante la etapa escolar incrementaba mis
dudas, todo me lo cuestionaba. Las odiosas flores, (Reporte de notas
y comentarios escolares), me hacían vomitar otras ideas.
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Fui aparentemente
feliz desafiando la autoridad, anhelaba
el anarquismo.
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Mitigaba mi dolor en
los cortos párrafos que ya empezaba a trazar.
Detrás de las flores, debía cuidar de mi hermano, cosa
que resultó muy desgastante, por aquel tiempo mi madre me paternalizo.
Mis preocupaciones para nada
radicaban en temas escolares. Tenía desesperación emocional y pese a esto, allí
encontraba motivación y simultáneamente agudizaban sus síntomas.
Hace más de una década, la vida,
las leyes y la locura nos lo arrebataron, ha sido un desprendimiento lento y
sangriento donde mi hogar ha sufrido.
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Medicación, camisas de
fuerza, celdas y músculos.
Seguir sin él, ha sido devastador.
Los dilemas existenciales han sido una constante, haber compartido tanto con
él, causaron efectos en mi ser, sentir y saber.
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Me aislé de amigos, campaneros
y familia.
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Me divorcié de todo lo
divino.
Recuerdo que no comunicaba mis
emociones, lloraba y me reía sin motivo aparente. No lograba adaptarme al
medio, y agresivo pasé una década. Parecía un Asperguer, aunque poco a poco
encontré alivio terapéutico en grupos.
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Grupo de los sábados
de guitarra y dibujo.
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Grupo de fúbol soccer
de los martes y jueves.
Aparentemente sentía tranquilidad y me permitía algunas interacciones sociales, aunque en la cancha disfrutará
lastimando los demás…. Mitigue dolores y fui entendiendo la distancia de Javi,
pero siempre ahogado, en llanto salía de verle en Fusa, en algunas ocasiones lo
veía encarcelado.
Me preguntaba:
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¿Cuándo saldrá?
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¿Qué condena está
pagando?
La esperanza me consolaba, pensaba
que todo era transitorio, pero años internado, hicieron que reaccionaron
como hogar…
-
Jamas saldrá de allí.
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Una recuperación es
imposible.
Mi adolescencia de excesos fueron analgésicos
para el alma. Cambie de grupos:
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Parkour.
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Fútbol americano.
Creciendo de a poco, lento y con
penas, seguí trabajando la escritura, y allí en un pedazo de papel y un bolígrafo
encontré un alivio estable, conseguí mi mejor terapia. Si por azares siente
algo similar, no dude en tratar sus penas.
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Ahora algo maduro y
con barbas, el dolor no es tan intenso.
Podría decir que asumí signos/síntomas
de mi hermano. Simbióticamente pude enloquecer con él, para efectos relevantes, él es el loco y yo el loquero.
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La locura recorre mis células.
Quizás la vida y sus designios
esperen algo de mí….
-
No lo sé, solo aprendí
a sumar y a firmar.
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¡Que abran las puertas,
la fama puede ser otra dosis de analgésico!
Síqueme en mis redes: Aldemeyer González
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