¡Caminos de historia, una huérfana abuela!

     Antes de morir, la muerte llega a la cabeza. La madre llama de urgencia su querida hija. Joven aguanto una y mil historias de adversidad ¡Maltrato, pobreza y humillaciones! Lagrimas detrás del matorral. Lo poco que ganaba era para ir a Choachí a comprar mercado  ¡Don monseñor llegó a educarnos! Mediados de 1940 desde la Chorrera hasta Susa ¡Caminos de herradura!

     El burro del vecino, se enterró ¡Barrizales enormes! Tramos sin camino ¿Qué hacían? Papito, bajar hasta la quebrada y luego subir ¡más camino! ¿Y los puentes? No existían. Don Agustín trajo la maquinaria para abrir caminos. Todos hicieron su entrada. El carro del acueducto, la famosa araña  trepaba el agreste terreno llevando los primeros tubos para dejar de cargar agua.

    Antes del volcán, íbamos a las aguas calientes de Guane  ¿Caminatas y comilonas? Hacíamos trueques. Llevar cuajadas a cambio de cacao ¡La vida no es como hoy! No había botas, ni mangueras ¡Las culebras nos mordían mucho! ¿No usaban zapatos? Tocaba con la pata al suelo ¡Escobas de ramas y cabuya! Yerbales entre el maíz. Culebras anchas, gordas y color café enrolladas. Me tiraba las naguas ¡La abuela lanzo su madrazo!

    Sustos enormes, no tenían contras, se morían por la picadura. Entre el barro, toca sufrir para gozar. 6 centavos alcanzaba para mercar. Canasto maletero y morral de fique. Espaldas fuertes para escapar y volar sobre el lodo. Animales muertos con enjalma ¡Primero duraban más años! Desechos con chicha y aguardiente. Las abuelas de la abuela hacían sus travesías caminado hacia Bogotá entre montañas. La Abuela mejoró, le llevaban a pie desde la finca hasta Choachí. Fácil no la tenía.


Fotografía: Aldemeyer González

     Al lomo cargaba esteras enrolladas. Tenían que pagar deudas. Las puertas eran de güero. Casas pequeñas y con ventanas diminutas. En una bara  lanzaba la ropa. 15 a 20 días sin cambiarse. Azadones y picas se echaban debajo de la cama. Don Martin Daza leía del mundo ¡Acusado de enloquecer la gente! Auguraba los cambios que hoy tenemos.  Fincas por 200 a 300 pesos ¡La plata se cargará en costales y el mercado en el bolsillo! Vacas, terneros, gallinas y marranos dormían en el corredor de las casas. La creación de establos, cambio la mierda.

     Todos formando la enorme fila para despedir al gran monseñor. Preparó la común, confirmación y casó la abuela ¡Gracias por los edificios! Ya no somos los mismos ¡Comíamos en una artesa, no había dinero para vasijas! La historia que fue. Modos de vivir. Triunfamos en carreteras, carros y casas ¡Cocinábamos en el suelo con leña y ollas de barro! Hoy pedimos domicilio.

     Ellos se morían en el hogar. Médicos y sacerdotes en caballo llegaban con sus auxilios ¡Perrito juguetón avisaba! Patas y orejas blancas. Cuando se fue a visitar los animales, lo picó el agua en ayunas. Quedó paralizado, en menos de una semana en cama sucedió lo inesperado. Su padre agonizando. - No hay nada por hacer ¡La muerte regresó a la cabeza!

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