Hermanos Mora, pecado sagrado

     - ¡Qué hice! 

Lamentaciones precarias, mitos bíblicos hechos realidad. Ebrio y segado no se contuvo. 

- ¡Samuel no quería que te pasará esto! 

- ¿Qué hago? 

Consiente dejó salir su inconsciente. Décadas de rivalidad  resumidas en un acto. Semanas atrás ella detonó la rencilla. Madre culpable y víctima. 7 de enero lavado en sangre de su sangre, puñaladas de furia. 

- ¡Verte sin vida, una condena! 

- ¿Cómo soportar? 

Debes limpiar. Detergente y alcohol. Jabón líquido y trapero. 

- ¡Tu cuerpo me enferma! 

Con temblores el patio trasero es un escondite transitorio. Los olores en pocas horas invaden el pecado. 

- ¡Ellos llegan preguntando por ti! 

- ¿Qué decir? 

Mentiras producen más zozobra. 

- ¡Lo lamento, las lágrimas me cubren! 

Todos creyeron que te fuiste sin decir adiós. Razones injustificadas maquillas.

- ¡Debo hacer tiempo! 

3 días escondidos. Inevitable sentirte, el olor marea. Jueves prometen ir a la cuidad, el denuncio de desaparecido me asusta. 

- ¡Necesito soluciones! 

El barril gigante donde se guarda el sagú, puede ser la opción. Enrollado te camuflas. Con gran esfuerzo cargo el sagú. 

- ¡Los muertos pesan mucho!

     Conmovidos les veo llorar. Informó que saldría en su camioneta rumbo al río. 

- ¡Quiero nadar de noche! 

Con poca astucia y varios miedos, se acercó al río. 

- ¡No puedo lanzarte! 

Aunque la corriente es grande. El río está picado. Rápido podrás huir de aquí. Ansioso se devuelve. Al 4 día su camioneta huele a hermano. 

- ¿Siente angustia? 

No puede dormir, trasnochado al amanecer regresó al río. 

- ¿Es el momento? 

No más tiempos. Sin reflexión y con esfuerzo vacío el barril. 

- Frío, pálido y duro te invito a nadar.

     - ¿El agua refresca? 

- ¡Bajo la ducha de agua tibia no paro de llorar! 

El sonido del chasquido entre cuerpo y agua me atormenta. 

- ¡Compartí mi vida, vida que en un instante remate! 

Las lamentaciones ya no le funcionan, son años 2018. Los padres regresan desilusionados de la inspección. Sobre la tarde del 5 día, algo inevitable sucedió, Samuel vuelve. Campesinos de Choachí lo encontraron. La comunidad inmersa en preguntas esta desconcertada. Percibe señalamientos, carente de respuestas. 

- ¡No sé qué hacer! 

Llantos familiares son dagas. Camina entre el campo nocturno.

Fotografía: Aldemeyer González

     Manifiestan que la tragedia pudo ser producto de deudas de billar. Sigiloso alimenta la idea colectiva. 

- ¡Tenía enemigos y era adicto a juegos de azar! 

- ¿Juegos de discursos? 

Confesiones mudas. 

- ¿Un crimen perfecto? 

Celebrando de una década del suceso, florece su intranquilidad. 

¿Nadie sospechó? 

Sensibles referencias del pasado con una vida disfrazada de angelito le confirman inocencia. 

- ¡La culpa no me deja seguir! 

No puede hablar. Nuevamente segado es momento de no más. Añora su hermano. Venenos típicos, en generosas dosis, crean alucinación.

- ¿Fantasías de Thanatos?

Colapsos cardiacos, su cuerpo culpable no soportó....

- ¡Hola Samuel!

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