Un hombre macizo, monseñor del pueblo

- ¡Le robaron la custodia, la carreta de san Isidro y un santo negro! 

- ¿La muerte de monseñor, un cantar de entierros? 

Llegó bien vestidito en 1936, ya conocía nuestro departamento. Con sotana y algo serio puso a marchar el pueblo. Impulso fervientemente la educación, formó innumerables escuelas rurales que gestaron la actualidad; un salir del analfabetismo. 

- Jóvenes en las cruzadas, estudiaban la biblia para poder hacer la primera comunión. Después del mes, la confesión. 

Sobre las 2am o 3am unas “platonadas” de agua eran el baño, a veces ropa prestada y bien presentados. En ayunas caminatas hacia el templo, adentro niños trastornados por no comer y trasnochar 

- ¡Vomitados, cagados y meados!

Fotografía: Aldemeyer González

Templo sin bancas, con escaños por los lados, maderos fríos. No había carros, acompañados caminaban, sobre esos caminos, llenos de barro con el pie descalzo. Llegando al pueblo, en los chorritos se lavaban los pies y se colocaban; las mujeres las alpargatas de fique y los hombres cotizas de güero. 

- ¡Apúrele que suenan las campanas! Don Santiago tocó dos veces. 

Hoy se casa doña María de los Ángeles. 

- ¡Don monseñor, su señoría, buenos días! 

- ¿Acepta? 

- Sí  Monseñor 

- ¡Suenan los pitos, el bus para pasear por Bogotá nos espera!

4 curas en caballo visitaban enfermos, confesaban y perdonaban los pecados. 

- ¡Suspiro profundo! 

- ¿Santos oleos?  

La mayor vendió tierras para pasear... 

- ¡Invito la suegra en expreso hasta Bojacá! 

Recorrida por los años, ha visto el diablo, recuerda su vecino cuando madreaba las mulas de carga. 

- ¡Grosero daba juete! 

El diablo le dio su pela, el señor sombrerón y elegante los espantó. Casi que no pueden escapar, pasaron por la quebrada de miel, con dos varas. 

Relatos de brujas y misticismo se filtran. 

- ¡Las brujas se roban la sangre de los niños! 

- Temerosas ponen tijeras viejas con sábila, para que me cuiden. 

Volviendo con su señoría, el hurto de ornamentos, le causó pena en el corazón. 

- ¿Sagrado corazón? 

Le llevaron de urgencia para la capital... 

- ¿Falleció? 

Silenciosos regresaron con su cuerpo, le despidieron en cámara ardiente en el templo. 

- ¡La Inmaculada al fin se llenó!

Una fila larga de lamentos y respetos. 

- ¿Fila de santo? Todos le tocan y dicen: ¡Adiós monseñor! 

Exequias y rezos masivos mientras lo tapan. Cada uno para su casa, después de 8 días se le recuerda... Se amarraba su sotana, montaba su caballo y llegaba de repente a las fincas y casas. Echaba pala, para arreglar el camino; les enseñaba a barrer los patios, dejando atrás la suciedad. 

Don Agustín, un hombre culto y limpio que no soportó, el irrespeto de unos pocos. 

- ¡Lo mataron! 

Su sotana aún nos cubre, un legado de disciplina, fe y respeto.

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