Un abogado violador

     
Algunos pueden encontrar perversidad al murmurar todo... y en ciertos casos como ensayista y escritor me encuentro en dilemas éticos; por ahora no sé qué tanto pueda resumir, inventar y creer. – No lo sabemos, responde mi inconsciente mientras se pregunta por ficción o realidad….

Siendo un abuelo abogado, citadino de años de 1970, con su oficina céntrica en Chapinero parece no molestarse ante miradas infantiles perdidas, cansado de correrías entre juzgados y despachos, necesita descansar y por tal motivo viaja de vacaciones para Bosabita a 56 kilómetros; trayecto de curvas peligrosas que controla con su simpático Land Rover Defender azul oscuro…

     Huye de la papelería de sellos y litigios, reposando como tinterrilo, comenta su esposa… Dejó la ropa formal de camisas europeas, hoy conduce en bermuda y zapatillas

- ¿Quién le acompaña? Pregunta la comadre. - Esposa legal y dos crías gemelas…

Llegando al pueblo logra escapar de la ley y suenan las campanas, los  fieles prometen ir a al culto del sábado… Doña Fabiola les espera en la casa rural. Ubicados en la finca, el campero trabajó perfecto. Almuerzos con gallina, papas y yuca y satisfechos deciden tomar la siesta… Durmiendo emergen fantasías húmedas…
  
      Entre sueños don Pacho saluda a Fabiolita. Hija menor de los anfitriones, tierna acaba de cumplir 12 años de edad y ella se esconde tras las vigas de madera de la casa… De repente los miedos y los recuerdos vuelven….

Fotografía: Aldemeyer González

Su familia le impone saludar y las escenas son sospechosas. Sin embargo mitigan los sucesos yendo a beber chicha; un guarapo macho, que tambalea a todos,  embriagados encuentran la noche y se despiden; murmurando que mañana es día del señor… Un sábado religioso se sitúa como los infiernos históricos…  Todos viajaron embutidos hacia el diminuto casco urbano de calles empedradas, con masato y con arepa desayunan. Entraron al templo, hicieron el ritual, mujeres a la izquierda, hombres a la derecha, la psicosis puede ser radical.

- Son tiempos donde todo es pecado…

Un párroco parece la máxima autoridad municipal. Don Pacho algo ateo se duerme en el sermón. Sus pensamientos circundan las diminutas caderas de Fabiolita, una infante de pantalones rosa, caminado por el parque principal, una angustia le zozobra, ya no es capaz de mirar a los ojos a sus compadres.

    Reporta con rareza que debe volver de inmediato a la capital… - Demandas urgentes en tribunales me espera, agrego…

Informó regresar por su familia la otra semana y manejando velozmente no deja de llorar. Saca hojas de su maletín, necesita desfogar en la noche profundos instintos carnales; pasiones, muertes. Refugiándose en diálogos en los que un abogado y un violador confluyen con disfraces de lobo.   

Confesará con tormento sus hechos, se siente descarado y hasta ha llegado a leer sobre enfermedad mental para clamar su manía. Se propone hacer catarsis cada fin de semana mientras continua el teatro sin telón.

Ya no quiere regresar, descubrió que Fabiolita ya sabe que sucede. 5 años atrás de vacaciones… - Prometo jamás volver, así finaliza la carta que dejó para su víctima… Ruega perdón y propone dejar todo en mano de las deidades, mientras espera la respuesta desea morirse…

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