Dioses & Amor, refugios infantiles
¡Zeus, Poseidón y Atenea!
Dioses de mi vida;
fueron las estrellas que acompañaron la estancia en la casa de la figura
materna que siempre hostigo que la mayor labor era educarse… Cultura y pasados y una ventanilla con visión al
paradero.
- ¡Fijaciones tiernas!
Habitaba donde la tía
mayor, quien satisfecha nos llevaba a cuanta biblioteca existía; en la casa
tenía un cuarto con biblioteca que debíamos limpiar cada dos meses, e inmerso
entre polvo y letras, me llevaba libritos de historia y anatomía, les guardaba
debajo de la pequeña cama blanca de madera… Después de las visitas de la madre,
ésta se marchaba ahogada en llanto por las cruces de la existencia.
Pequeño me devolvía corriendo al cuarto… Cerraba con seguro y debajo de
la cama me recostaba a leer y releer, sin conocer que eso fuera mis formas de
desahogo… Lágrimas y relatos. Adulto y con barba indagan por si sería un
destacado historiador o antropólogo.
Luego de etapas de
comparsa, azares, encuentros y desencuentros me convertí en escritor y psicólogo…
Nada lejano de mis intereses, pero en un mundo de aventuras se suelen encontrar
conflictos luego de ciertas publicaciones o en otros casos no se sabe que
relatar… Tras un teclado, algunos miedos persisten, llevo semanas sin letras y con
errores repentinos. No olvido ver mi madre esperando el bus...
Buscando ideas y
honores se puede perder el amor en la vida. Entierros subversivos detonan
juegos de palabras, juegos entre el principio y el final. ¿Mentiras?, ¿Ilusiones? Tras la pantalla una
obra de arte nació sin contemplar a qué
costo, pues esos análisis poco los hacemos…
-
¡Sin censura me tuviste!
Dolido algo mejor puede venir, sin
embargo la esposa amorosa y la madre cuidadora se suprimen entre la nostalgia y
la conducta adicta que aún no logró dejar atrás… Evocando la madre marchándose
podría gritar que no te vayas, pero entiendo la historia de mi ser y su
realidad.
- ¡Ay Alde!
Piadoso podría ser válido pasar a
meditar y dedicarme a lo que vale la pena. Aquella mujer cachetona de mensajes
cifrados y sentidos paralizados. Orando, mis dioses griegos han dado el
suficiente alivio y valor para indagar:
- ¿Te quedas o te vas?
No sabe responder y siente que quiere
descansar en el cielo, se aleja y camina con daño. No utilizó los analgésico
que tanto inyecta, da un paso adelante y otro atrás. Anda sobre laberintos mágicos
y temores profundos. Esperaba un ser dispuesto a asumir los riesgos de la
existencia humana, por ahora nuevamente pequeño retira la basura y se introduce
donde nunca ha podido salir… Se arrastra debajo de la cama para leer y releer
los fantásticos relatos de ternura.
Empolvado de los baches, la condición
del desamor suele traer madurez, pues dispuesto a afrontar la situación, las
formas de desahogo no han cambiado… Luego del llanto el sueño se acerca, ya sin
sueños mortales, los sentimientos recorren el limbo. Lleno de dudas y fantasmas
ya no es prudente seguir hablando, las confesiones han de esperar mañana en el
consultorio de una colega.
- ¡Rin, rin rin!
La belleza de su voz derrite e
inundados de emociones condicionadas quisiera verle de nuevo. Pero ante esto
llegan unas preguntas que son complejas de responder.
- ¡Rin, rin rin!
- ¡Buen día hace sol!
Negándome a reconocer las adicciones,
otra mujer se escapa, los tiempos y las etapas se irán sepultando como
las muertes subversivas y los libritos de historia y anatomía. Tan rotos como
los juramentos sin papel y tan ciegos como los seres sin luz, entiendo que
nuevas miradas conectaran alma y cuerpo y allí tomados de las manos, o mejor de
las almas, aquellos dioses regresarán.
- ¡Zeus, Poseidón y
Atenea!
Síqueme en mis redes: Aldemeyer González
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